sábado, 15 de febrero de 2014

Entrevista a Mario Martín Gijón, por la "Un día en la vida del inmortal Mathieu"

P.- ¿Mathieu Beaujour, personaje de la novela, esconde alguna clave?
R.-Como dije en una ocasión, no puedo entender la escritura de ficción sino como una forma de dar voz a personajes ficticios que empiezan a hablarme. Empecé a escuchar a Mathieu Beaujour, a través del tiempo y del espacio, hacia finales de 2008, y supongo que empecé a oírle por un interés cada vez más acuciante por las mismas cosas que le ocupaban a él. Todos los avances biotecnológicos que se cumplen en el año 2070, en el que se sitúa Mathieu, han sido previstos desde hace años por científicos y pensadores como Raymond Kurzweil, Aubrey de Grey, Nick Bostrom o Allen Buchanan, del movimiento transhumanista, por desgracia aún poco conocido en nuestro país. El apellido del personaje, obviamente, puede referirse a su condición idealista y utópica, y su empeño por construir días mejores. No se refiere a ninguna persona de actualidad, si es a lo que te refieres.

P.-¿Cuál es la fórmula para que una novela fantástica funcione?
R.-No sé si esta novela funcionará o no, eso deberán decidirlo los lectores. De todas formas, creo que en este caso sería más apropiado hablar de novela prospectiva o futurista, que trata un desarrollo seguramente poco probable del mundo, pero más factible, sin duda, que los viajes en naves espaciales. El protagonista de mi novela dice en un momento: “Recuerdo con qué ingenuidad, hace más de un siglo, creíamos que nuestro futuro estaba en lejanos viajes interestelares (...) Pero los viajes más importantes, las expediciones más escalofriantes y los pasos más gigantescos para la humanidad fueron, por supuesto, los que se realizaron dentro de nosotros mismos”. Creo que en un intento como éste es preferible no pretender describir demasiado en detalle un futuro que siempre será imprevisible, dejar una zona de incertidumbre que cada lector pueda completar a su gusto.

 P.- ¿Cuáles son tus referentes literarios?
R.- Soy muy promiscuo literariamente y por otra parte nunca me he sentido parte de un grupo o corriente literaria. En este libro en concreto hay guiños a escritores como Michel Houellebecq, Ricardo Menéndez Salmón o J. G. Ballard, pero sin embargo creo que la influencia más decisiva en este libro han sido los ensayos predictivos de autores como los que mencioné antes. Por otra parte, la figura de Miguel de Unamuno está muy presente en la obra, pero desde una óptica que a mi entender le vuelve más actual que nunca.
  
P.- El tiempo es un elemento importante, ¿es una noción clara para ti, cómo defines el tiempo?
R.- Vaya, menuda pregunta, Astrida. ¿Lo es para alguien? Somos tiempo, no hay que haber leído a Heidegger para saberlo, y por eso cualquier modificación en nuestro lapso vital cambiaría nuestra óptica sobre muchas cosas. La radical longevidad de la que disfrutan los habitantes del mundo de Mathieu (quiero especificar que no son inmortales en sentido estricto, y probablemente nunca lo serán, aunque es el objetivo que persiguen, como lo persigue Kurzweil y otros) supondría una forma muy distinta de ver las cosas, desde el desarrollo de una carrera profesional hasta las relaciones personales. Mathieu Beaujour, como psicólogo y optimista que es, enfatiza los aspectos positivos, como el mayor tiempo que existe para disponer de otras oportunidades en la vida, pero también hay otros nada positivos.
P.- ¿Crees que el futuro del que nos habla la novela va a cumplirse?
R- No quise hacer de profeta, aunque me interesa señalar que los cambios más importantes de la vida en ese año 2070 son factibles y ya han sido realizados en parte. Otra cosa es que naturalmente quienes tienen los medios y el dinero para financiar la investigación en mejorar las condiciones de vida o alargar ésta prefieren emplearlo en otros fines. Es la tragedia del científico, depender casi siempre de seres con unos horizontes incomparablemente más estrechos y mezquinos. Cuando empecé a escribir esta novela no sufríamos una situación de crisis y decadencia política tan desesperanzadora. Con todo, la situación en la que viven los contemporáneos de Mathieu no es envidiable en muchos aspectos. Me interesaba describir un futuro posible y a la vez radicalmente distinto a nuestro presente.