viernes, 23 de mayo de 2014

Alma de neón, relato de Pedro Pujante


Suelo llegar a primera hora. Las chicas esperan siempre con una hermosa sonrisa comercial y con  las piernas abiertas señalando la dirección exacta al paraíso. Las prostitutas humanas son imperfectas pero las prefiero. Las rameras androides, en cambio, son mejores en la cama aunque el olor a hierro caliente y su voz metálica como de portero automático son repugnantes. Hoy pagaré un poco más. Deseo oler el sudor,  acariciar la piel, la enfermedad. Quiero sentir la piel y el coño. Además, dejaré propina. Las compenso. Sé que es duro para ellas tener que hacérselo con un maldito robot como yo.

El absurdo fin de la realidad, de Pedro Pujante, en http://www.edicionesirreverentes.com/2099/PedroPujante.html 
Para leer más textos de Pedro Pujante http://pedropujante.blogspot.com/